Las pequeñas Isabella Martínez López y Nerea Mocho participaron con:
RECETA PARA UNA FAMILIA FELIZ
Para hacer una familia,
nunca
deben faltar,
los
siguientes ingredientes…
no
los puede olvidar.
-Caricias,
mimos y besos,
En
abundante cantidad.
Bien
mezclados con dulzura,
Cariño
y complicidad.
-Respeto,
tolerancia,
Y
mucha comunicación;
En
algunas ocasiones,
agregar
también perdón.
Tamizar
las diferencias,
con
algo de comprensión.
Evitar
que se hagan grumos,
De
pelea y mal humor.
-Luego
llevar al horno,
sin
descuidar su cocción.
Desmoldar
con paciencia,
y
espolvorear su unión.
EL VERANO CON MIS ABUELOS leído por Violeta Gambín y escrito por David Lencina
Me
gusta el verano, porque me voy al campo, a Caudete, con mis abuelos y mi primo
Juanma. Me lo paso muy bien yendo a la piscina con mi abuela Pepi.
La
abuela Pepi es guay, todas las mañanas nos prepara unos desayunos buenísimos,
pues dice que es la comida más importante del día; después vamos al pueblo a
comprar comida. Mientras, el abuelo Juan arregla el campo: poda las flores,
prepara la comida a los perros, riega las macetas y el porche, para que después
de comer y hacer la siesta, la abuela se siente a descansar; así todos los días
de la semana hasta el domingo.
Cuando
llega el domingo, mis padres, Violeta y Pedro, con mis tíos, que son los padres
de Juanma, vienen al campo a pasar el día con nosotros.
A
mí me alegra verles. Mamá lleva puesto su sombrero de paja grande, porque dice
que el sol le hace daño en la piel y le salen pecas, y papá se ríe.
Mi
padre nos lleva hasta la balsa de los peces. Mamá dice que es una piscifactoría
(es una palabra muy rara), creo que allí crían peces para comerlos. A mamá esto
no le gusta porque dice que es antinatural, que los peces tienen que estar en
los ríos o en el mar.
Los
domingos comemos chuletitas de cordero, morcillas y salchichas. Mi títo y papá
preparan la barbacoa. La abuela Pepi, ese día, descansa de cocinar. Por la
tarde jugamos al parchís y nos reímos mucho. El primo Juanma hace trampas y yo
me enfado con él. Mamá dice que somos una familia original y que hay que
llevarse bien con todos, que no tenemos que discutir por naderías.
El
último domingo del verano siempre me pongo triste, porque significa que
volvemos a la ciudad. Ya no escucharé más el trino de los pájaros ni veré,
sentado en el porche, a las estrellas brillar en el cielo. Al primo tampoco le
gusta volver a la ciudad. Quisiéramos quedarnos en el campo para siempre. La
abuela dice que es más sano que vivir entre coches y asfalto.
De todas formas, cuando
esté en casa de nuevo, tengo que hacer un diario de todo lo que he hecho este
verano, y, recordando, volveré a estar feliz y contento.
, Autor: DAVID
LENCINA GAMBÍN.
continuará...
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