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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Show PLACEM, 23 noviembre 2013 en FNAC

El pasado día 23 de noviembre se disfrutó del SHOW, que PLACEM, realiza todos los meses  en el Forum de la FNAC, en Alicante.
Una actividad lúdica donde hemos contado con relatos, poesía , canciones y  magia.
Esperamos que volváis a estar con nosotros.
A continuación pueden disfrutar de las fotos y de los relatos y poemas leídos ese día.
¡Saludos a   tod@s y mil gracias!



Paco Carrión: Escritor


Ana Arana: escritora y presidenta de PLACEM

Álvaro Tormos : Mago
David Lencina: cantante








José Salieto  


 Juan de Quirós: escritor , quien leyó su relato El Canto de la Urraca con el que ganó el segundo premio del Concurso de Relatos Urbanos 2013 de Alicante.
 Ester Alonso: escritora


David Valderrey

 
Pedro Lencina: Vicepresidente de PLACEM y Ana Arana




Violeta Gambín Sevilla: Escritora






Yamile Aisa Quiróz quien es escritora y artista en Colombia y participa en nuestras actividades culturales a través de internet.


Poemas y Relatos leídos:

Ester Alonso:

PENSANDO ME DUERMO                                                                           Siempre me duermo pensando,                                                  pensando que hay un mañana,                                                  pensando que me levanto…  
y veo sonrisas en todas las caras,                                                          sueño con niños sin miedo…                                                                que van tranquilos a estudiar,                                                                 ideas nuevas… más libres… más sanas…                                                                     

Siempre me duermo pensando     
que hay un feliz mañana…    
donde no se medre con el cinismo,                                   
de las centrales nucleares, armas químicas,                               metrallas o balas…                                                                            

Me duermo queriendo encontrar un mañana…                                donde no haya gente en la calle,    
tirada pidiendo migajas,     enfermos sin medicación…        
esperando una lenta muerte… en una cama,   en los hospitales.                            
Siempre me duermo con ganas,                                                           de un distinto mañana…                                                                 donde los hombres sean libres de opinar,                                             no donde la opinión primera…  sea la del dinero,         
de poder escoger sus derechos,    
   ya que los deberes  bien han sido hechos,                                donde no haya que vivir…         

Relato de Juan de Quirós.
El Canto de la Urraca


Todos los años, mientras estuve casado con Marta, veraneábamos en Benidorm. Me gustaba el viejo pueblo, con sus calles estrechas y empinadas, y el mirador tan blanco en la parte alta. También el sol y la temperatura tan agradable a orillas del mar Mediterráneo. A veces sueño con barquitos de velas blancas meciéndose en alta mar. Hasta ahí mis buenos recuerdos. Los malos vinieron sin que yo los llamase. No supe el tiempo que Julián y mi mujer “se entendían”, para el caso daba igual.


Solíamos ir en el mes de julio, recién comenzada las vacaciones de nuestra única hija, Patricia. Los tres amigos y sus esposas, nos reuníamos en nuestra casa el mes anterior para mirar apartamentos, hoteles o casitas en la montaña o en Altea, hermoso pueblo cerca de Benidorm, buscando los precios que más nos acomodaba. De Andrés, el otro amigo, me fiaba, pero no sabía por qué Julián me inquietaba, quizá fueran los pensamientos que viajaban de su cabeza a la de mi mujer quienes me soliviantaban sin llegar a comprender el motivo que ocultaban. Pero lo que estaba oculto, aquel verano, se desveló. No sabría cómo, en el mirador, apoyados en la balaustrada, mientras contemplábamos absortos la grandeza del mar, sorprendí con estupor la mano de mi mujer asida a la de Julián. De pronto comprendí las sensaciones parecidas que tuve desde hacía varios años: algún beso de despedida rozándose los labios, miradas furtivas con los ojos entornados,  algún gesto incomprensible... Realmente, si no hubiera sido por aquella tarde, jamás hubiera imaginado que Teresa me engañaba, además, con Julián, quizás mi mejor amigo. Desde ese momento lo tuve claro. Me traicionaba con él desde hacía varios años. Se veían en su casa o en la nuestra, cuando la ocasión lo permitía. Cuántas veces merendó con nosotros, posiblemente después de hacer el amor con mi mujer, sin ningún remordimiento. Aquella noche no pude dormir, le daba vueltas y más vueltas al insólito descubrimiento. ¿Qué hacer? ¿Lo dejaría pasar ahora que estaba todo tan claro, me separaría de ella sin más, se lo diría al día siguiente más relajado? Así pase varias horas, hasta que vi entrar los rayos del sol tras la opaca cortina que cubría la terraza. Me levanté pronto, me duché y me afeité. Le preparé el desayuno como tantas veces y, más tarde, le daría un beso para despertarla. ¿Sería capaz de repetir la misma escena de todos los fines de semana? Estaba tan confuso que así lo hice, la desperté con el mejor de mis besos y mi más fresca sonrisa. Eran muchos años y. en la ignorancia, había sido muy feliz. Por eso, debía dar una tregua, terminar las vacaciones de la manera más feliz –si podía-, hacer la noche de despedida en nuestro apartamento o en el de ellos, como si el rayo de luz no hubiera atravesado el cristal. Y después de la cena, de las risas, de los bailes; después de habernos tomado el buen vino y el mejor cava. Cuando ya nuestros cuerpos inertes, tumbados sobre los sofás, revueltos nuestros cuerpos y nuestros pensamientos; en el momento más feliz, pensando el largo viaje que nos esperaba hasta Madrid, soportando nuestro sueño en medio de la inmensa caravana, con las innumerables paradas. Cansados ya del viaje y de nuestras vacaciones, arrepentidos como todos los años de volver al mismo lugar, por no soportar ese increíble viaje de seis o siete horas. Después de observar en la noche el último destello plateado del mar, esperaría ese momento para decirles:

         Este será el último año que vendré a Benidorm. Y espero que mi mujer y Julián sean muy felices. Mañana me vuelvo en tren para preparar mi divorcio.

         La mujer de Julián, Estela, quedaría sorprendida, sin palabras, y posiblemente alguien pensaría en un discurso más importante, pero no quería nublar mi decisión con palabras rimbombantes ni escenas dramáticas. Sí, quería que lo supieran después de haber acostado a los niños y de oír el canto nocturno de la urraca.                
Juan de Quirós, junio de 2013

 
 
 
 
 José Salieto: Relato que forma parte de su nueva obras Historias al otro lado de la razón, que se llama
EL ENTIERRO
 
Nunca me habían gustado los tanatorios. Bueno, a nadie le gustaban, pero a mí menos. Y más cuando llegaban
esas personas que aunque decían lo mismo, nunca se perdían un velatorio. Yo solo asistía cuando no había más remedio,
como ese día, por ejemplo. Los familiares llorando, los menos allegados callados, con cara de circunstancias... Y
el pésame, que nunca sabes qué decir, porque está todo dicho y cualquier cosa que digas está de más, pero si no lo dices quedas como un insensible.
Luego están los que van por compromiso, que están deseando salirse fuera para fumarse un cigarro y hablar de cualquier cosa que les haga olvidarse de que algún día, ellos también estarán tras el cristal. Hasta los que aborrecen el fútbol acaban hablando del Madrid.
-Te has quedado viuda María -pensé mientras la veía llorar desconsolada con la frente pegada al cristal-. Es lo que pensaban todos, pero claro, a ver quién es el guapo que lo dice. Nadie se atrevía a acercarse a ella, y yo, no pude evitar tomarla por los hombros y reposar mi cabeza en la suya para darle consuelo. Pero no le dije nada, no sabía qué decir. Su llanto se volvió entonces desgarrador y Elena y Marta se acercaron a ella para abrazarla también.
-No llores más mamá, que te vas a destrozar -le decían.
Tuve que apartarme, no podía soportar aquella escena. Miraba detrás del cristal y lo que veía, al fin y al cabo, no era más que un montón de carne y huesos sin vida, embutidos dentro de una caja. Y eso sí, flores por todas partes.
Pero supongo que la razón por la que lloramos en momentos así, varía mucho en función de la edad que tenemos, básicamente.
De niños, lloramos porque nos contagiamos del ambiente en general, porque no somos conscientes de qué es la muerte ni de lo que está pasando en realidad a nuestro alrededor. De jóvenes, lloramos porque nos cuesta creer y pensar que ya no veremos más a esa persona querida, porque en nuestro egoísmo, le reprochamos que se haya marchado
y nos deje solos, sin ella. Y ya de mayores y a medida que vamos envejeciendo, lloramos porque vemos cómo se avecina nuestro turno, y pensamos:
-¡Qué poco me queda! ¡Dentro de nada yo seré el siguiente!
Porque como dijo no sé quién, “la vida es una enfermedad terminal que todos adquirimos al nacer”.
Hubo un momento en el que comencé a agobiarme. Empezó a llegar gente y más gente y aquello se masificó
tanto, que creí que me faltaba el aire. Es cuando todos han salido ya del trabajo y se acercan para la visita obligada. Y es cuando se intensifica el vocerío, coreado por los llantos que ya se habían calmado y que de pronto se reanudan, porque a los familiares se les vuelve a recordar lo que han perdido. Y comienzan las frases típicas.
-Si es que no somos nada.
-La verdad es que para sufrir como estaba sufriendo, es mejor así. Porque yo digo que si no tiene remedio, ¿para qué prolongarlo? Cuanto antes mejor.
-Sí, porque así dejan de sufrir hasta los familiares, que los pobres también estaban pasando lo suyo. Que un cáncer en el cerebro es muy doloroso, pero los que estaban a su lado... ¡tela...!
¡Jodidos idiotas! ¿Os parece que ahora están sufriendo menos? Vosotros también tenéis que moriros algún día,
y ya que tantas quejas tenéis de la vida, ¿por qué no os pegáis un tiro? ¡Total...! ¡Hay que joderse!
Bueno, no quiero ponerme violento. Pero es que por algo digo yo, que nunca me han gustado los entierros.
Hay momentos de calma, cuando ya se ha marchado la marabunta y se quedan solo unos pocos familiares.
Entonces, y ya sin ganas de llorar más, las conversaciones se vuelven más amenas y distendidas, incluso con algunas
risas. Y es que hasta de llorar se cansa uno. Aunque siempre hay quien con ese sentimiento de culpabilidad por parecer irreverente al reír en un velatorio, se acerca despacito, despacito, como quien no quiere la cosa, hasta la vitrina tras la que descansa el difunto, y se queda allí, mirando... y pensando quién sabe qué. A lo mejor en nada. Y los demás,entendiendo el mensaje sin palabras, bajan el tono de voz y dejan de reír.
Y no entiendo por qué, porque unas risas, después de tanto llanto, nos hacen recuperar un poco las fuerzas, lo cual no está nada mal, y no creo que sea tan malo.
En fin. Luego viene la misa. A mí no me ha gustado nunca ir de misa, salvo en las de compromiso. A mí y a mucha gente. De hecho, las iglesias solo se llenan en bodas, bautizos, comuniones y defunciones. Luego, si te he visto no me acuerdo. Lo que pasa es que en una boda o una comunión, por ejemplo, te quedas detrás y puedes salir un rato a la calle cuando el cura se pone pesado. Pero en una misa de difuntos, tienes que estar allí. Y yo no podía ser menos.
La mayoría no quiere reconocerlo y no habla de ello, pero cuando todos empiezan a entrar en la capilla del tanatorio, casi todos piensan lo mismo:
-Menos mal, ya queda poco. En terminar la misa, a casa. O como mucho al cementerio, la despedida, el pésame por enésima vez, y se acabó.
Y es que estamos deseando volver a nuestra rutina de siempre cuanto antes, y dejar de pensar, que pensar da miedo.
 
El cura es el primero que pone cara de circunstancias. Digo yo que para solidarizarse con la gente y ganarse su confianza, porque luego siempre te sale con aquello de la esperanza en la resurrección, convenciéndonos de que después de todo, morirse no es tan malo, que nos vamos a ver todos juntos en el cielo y que total después, cuando resucitemos, viviremos todos juntos y felices comiendo perdices, aquí en la tierra. Que todos pensamos lo mismo:
-Madre mía, si ahora con los que ya somos casi no cabemos en el planeta, cuando resuciten todos los que han vivido desde Caín y Abel... ¿Dónde nos van a meter?
Menos mal que las misas de difuntos son cortitas, si no, no lo soportaría. María, Elena y Marta, en primer plano, delante del ataúd. En algunos sitios lo tienen tapado, pero aquí estaba con la mitad superior abierta, con el cuerpo a la vista, para hacerlo más doloroso, supongo, no sé.
El caso es que al acabar, vuelta a dar el pésame, María abrazada al ataúd, y Elena y Marta intentando separarla, nadando en lágrimas.
-¡Por Dios, que cierren ya el ataúd de una vez! -pensé.
Luego, el reparto de personal en los coches, para ir al cementerio, y deprisa, que el muerto se va ya.
-¿Tú con quién te vas? ¿Te vienes con nosotros?
-No, no, yo ya me quedo en casa, que la Trini se ha puesto mala.
-¿Y tú? ¿Me puedo ir contigo?
-No, es que yo tengo que volver al trabajo, que me han dado permiso, pero de mala gana ¿sabes?
-¿Donde está Pepe? ¡Dile que se venga que nos vamos ya, que ya están de camino y vamos los últimos...!
La desbandada.
En el cementerio se hace un esfuerzo por aguantar un poco más. Los que están de compromiso, porque ya tienen ganas de acabar y los que están por ganas de verdad, porque ya no les quedan fuerzas.
El momento más duro fue al cerrar el enterrador el nicho. En ese momento siempre se ha pensado que se acabó, que ahí se queda todo, y ya no le veremos más. Última oportunidad para estar lo más cerca posible de él. Después, el frío mármol. Bueno, de momento una escayola, que la lápida aún la tendrán que confeccionar.
El enterrador puso el nombre de pila, el primer apellido y la fecha con una tiza. Y ya está.
La verdad, es que yo también lo pasé mal, en cierto modo. Como dije al principio, no me gustan los entierros.
El enterrador se va, los que más prisa tienen también, después de un último adiós a la familia, ya nos veremos, ya te llamaré, cuídate y sé fuerte, ánimo, que tenemos que seguir, que la vida continúa...
Y María, Elena y Marta llorando juntas delante del nicho. Los dos esposos de las chicas, esperándolas un poco más allá. Los niños se los han llevado las madres de ellos, para que no tengan que ver esas cosas.
Nos quedamos solos y, entonces, en la intimidad, saqué fuerzas de flaqueza y me acerqué a María.
Me dio mucha pena, estaba desgarrada, agotada de tanto sufrimiento. Y Elena y Marta luchaban por ser fuertes para poder llevarse a su madre de allí, antes de que también ellas cayeran derrotadas por el dolor.
-Lo siento María -le dije dándole un beso en la frente-. A mí también me duele, pero así son las cosas. Tienes que ser fuerte, como siempre lo has sido, seguir luchando y salir adelante. Piensa en tus nietos, vuélcate en ellos. Ellos son la vida y el futuro. Te dejé un sobre en el cajón de mi mesita, entre los calcetines, con una nota dentro, con un montón de dinero. Ya lo encontrarás cuando vayas a organizar mis cosas. Perdóname que no te lo dijera y que no lo pusiera en el banco, pero no quería que lo supieras para no hacerte sufrir más. Lo fui guardando poco a poco para cuando llegara este día. En la nota te lo explico. Te ayudará un poco durante algún tiempo al menos. Y no olvides que te quiero.
Luego me dirigí a las chicas.
-Y vosotras, cuidad de mamá. Ahora os necesita más que nunca. No la dejéis mucho tiempo sola. A vosotras también os quiero mucho. Y dadle muchos besos de mi parte a los niños, decidles que el abuelo los quiere mucho.
Supongo que al menos, en el corazón, me oirían.
Luego se fueron todos, y me quedé yo solo. Más solo que nunca. Miré a mi alrededor y no había más que silencio, el cementerio vacío.
-¿Y ahora qué hago yo? ¿Dónde tengo que ir?
Busqué por si había alguien más como yo por allí, pero no vi a nadie. Solo una mujer que acababa de llegar, y que se puso a arreglar las flores del nicho de al lado.
-Buenos días -le dije. Pero claro, no me contestó.
Entonces me sentí triste de verdad.
-¿Qué tengo que hacer ahora, a dónde voy? -grité. Pero nadie me escuchó. Así que sin otra cosa que hacer, me quedé sentado, junto a mi nicho, pensando en las cosas buenas que me había dado la vida. Al menos ahora, ya no me dolía la cabeza, ni tenía que tomar tanta medicación.
VIOLETA GAMBÍN SEVILLA ...CONTIUA...

Las personas que deseen leer todos los poemas y relatos, pueden solicitarlos a
info@placem.org

Saludos a todos y mil gracias
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

        
                                                                 
 

domingo, 24 de noviembre de 2013

TRADICION FRANCESA BEUJOLAIS NOUVEAU 2013

Esta única fiesta popular internacional dedicada al vino, se celebra el tercer jueves de noviembre de cada año desde 1985. Las cepas Gamay, de este vino atraviesan la región del Beaujolais en Francia. Esta tradicional celebración del Beaujolais se remonta al siglo XIX, cuando los viñadores comercializaban muy temprano el fruto de su cosecha mediante una operación que consistía en una verdadera aventura.
Todos los años se pueden apreciar los cambios que este vino tinto único experimenta en cuanto a sabor y aroma. Esta vez esperamos un vino rojo púrpura con reflejos violetas. Un conjunto de pequeños frutos rojos con fragancias exquisitas a frambuesas, grosellas y fresas del bosque.
Este 2013 lo hemos celebrado para acompañar y difundir parte de la cultura de los países del mediterráneo compartiendo en Alicante un pedacito de Francia.
Hemos compartido, el viernes 22 de noviembre,  entre otras personas con Sergio Fábrega, Maritina Asensi, Lucho Berasaluze Pastor, Paco Carrión, Juan Anóz y Alicia, Enrique Cebolledo y Charo, Guy Bearn, etc.
 














 
                         ¡Felicidades a todos!

jueves, 21 de noviembre de 2013

ENTREGA DE PREMIOS DEL CONCURSO, RELATOS URBANOS

La noche del  15 de noviembre tuvimos el gusto de compartir en Club Información con la Editorial ECU y muchos escritores que hemos participado en el Concurso de Relatos Urbanos.
 Fue una actividad preciosa, por suerte fuimos clasificados 5 escritores miembros de PLACEM José Gregorio Lara, Paco Carrión Galera, Juan A. Urbano Cardona, Miguel Gracia Santuy, Ana Arana) para que nuestros relatos estén publicados en esta preciosa obra. 
Felicitaciones a todos los ganadores. 
Gracias a todos por esta preciosa experiencia y por acompañarnos en estos momentos. Muchas gracias a todos los asistentes Amasve España, Ana Esmeralda P. Recuenco, Placem Euro Mediterranea.




miércoles, 20 de noviembre de 2013

¡EL SHOW DE PLACEM EL 23 EN LA FNAC!


Querid@s amig@s , continuando como  todos los meses que hacemos el Show de PLACEM, este mes de noviembre nos toca divertirnos el sábado 23 de noviembre a las 19:00 h en el Fórum de la Fnac,

en la Av. La Estación de Alicante.

 ¡Estaremos con cuentos, magia, canciones y mucho mas!

 
¡Vengan a divertirse, les esperamos!


martes, 19 de noviembre de 2013

VIDEO PRESENTACION DE HONGOS EN EL CIELO

Les invitamos a ver el video de la presentación literaria del poemario novedoso Hongos en el Cielo de José Gregorio Lara, presentado por Gerardo de Dios de la Mata y PLACEM, el día 9 de noviembre de 2013 en Casa del Libro de Alicante-España



https://www.youtube.com/watch?v=6mjHCDUsCS8

Esperamos lo disfruten.

PLACEM

lunes, 11 de noviembre de 2013

PLACEM PRESENTA A JOSÉ G. LARA FUENTES CON SU POEMARIO "HONGOS EN EL CIELO" "

Actividad del día 9 de noviembre 2013

PRESENTACIÓN DEL POEMARIO " HONGOS EN EL CIELO " DE JOSÉ GREGORIO LARA FUENTES.


Muchas gracias a tod@s por asistir a la presentación del crudo poemario "Hongos en el Cielo" de José Gregorio Lara, que es el vice-presidente de Placem Euro Mediterranea.
Gracias a Casa del Libro Alicante que nos ha recibido con toda su atención, como siempre.
Este precioso libro fue maquetado y realizó su portada  José Salieto.
La corrección por miembros de PLACEM dentro del marco de ser editorial y distribuidora.
 ¡Mil gracias a todos! y te deseamos muchos éxitos José Gregorio, por tu poemario. Ricardo Picó,  Abbays Rincón, Ester Alonso, Guy Bearn, Amasve España, Augusta Santana Hernández, Pedro Lencina Fuentes, Violeta Gambin Sevilla, Paco Carrión Galera, Fernando Cdl Alicante, Rocio Sánchez Arrieta, M Tumba Pilar, Álvaro Tormos Blanes, David Lencina, David Parra Lezama, Teresa Rubira Loren, Manolo Condevolney, Laura Lopez Arana, Maria Nieves Lopez, Nieves Simón Rodríguez, Raimundo Payá Moltó, Pentagrama Puerto Ordaz, AVV El Vedat, Asiven Ngv.
Abrazos y esperamos volvernos a ver en próximas actividades.
PLACEM









José Gregorio Lara en compañía de Gerardo de Dios de la Mata, que fue quien presentó el poemario.




domingo, 3 de noviembre de 2013

PLACEM AVANZA PARA TODOS

El reportaje que el Diaro de Andorra hace sobre PLACEM.  Os damos una muesrtra de lo que ha salido en prensa, y abajo en el enlace encontraréis la noticia comleta. Creemos que es interesante leerla.

 
http://www.diariandorra.ad/index.php?option=com_k2&id=28849&view=item&Itemid=435